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En el mes de su centésimo tercer aniversario y como parte de su Temporada 2010, la Sociedad Filarmónica de Lima presenta por primera vez en el Perú a la notable agrupación española Ensemble Instrumental de Granada (EIG) este martes 3 de agosto en el auditorio Santa Úrsula. Antes de su arribo en nuestra capital, conversamos con Germán Clavijo, su director fundador, quién nos cuenta acerca de los inicios y la trayectoria del conjunto, además de adelantarnos algunos detalles sobre su presentación.

El EIG se fundó en el 2006 y muchos de sus músicos colaboran asiduamente con grupos tales como la London Symphony Orchestra, City of Birmingham Symphony Orchestra, BBC Philarmonic, Amsterdam Percusión Group, European Union Chamber Orchestra, entre otros. ¿Cómo es que nace la idea de formar una agrupación propia?

Surgió de la necesidad espiritual de estudiar e interpretar un repertorio que las grandes formaciones que usted menciona no abarcan, debido a su naturaleza. Y compartir esto con mis colegas implica enriquecerse enormemente humana y artísticamente. La música de cámara es, creo yo, la más alta expresión del arte. Los más grandes compositores han escrito  obras camerísticas en momentos cruciales de sus vidas, dada la intimidad y los recursos de este formato. Los últimos cuartetos de Beethoven o el Quinteto en do mayor de Schubert son ejemplos de la profundidad y magnitud que puede alcanzar la música.

¿Considera que en poco tiempo las distintas personalidades musicales del EIG se han logrado acoplar para sonar como un solo cuerpo sonoro?

El EIG se nutre de la energía, conocimiento y creatividad de todos sus miembros y de los artistas que a menudo colaboran. Lo que siempre ofrecemos es integridad y respeto por el texto. En realidad somos meros conductores de un mensaje, de una poesía, de una historia.

La placa discográfica que grabaron en el año 2008 abarca varios periodos artísticos en las obras de autores como Antonin Dvorak, Béla Bartók, Zoltán Kodály; pero además incluye una obra de un compositor contemporáneo como Oswaldo Golijov. ¿Los repertorios de sus presentaciones acostumbran a ser así de variados?

El leit motiv de este CD es la influencia de la música tradicional en la obra de diferentes compositores, todas ellas de gran belleza y colorido. Las piezas de Golijov son de claro carácter folclórico judío, una especie de klezmer escrito con notación clásica para que lo podamos interpretar todos.

¿Elegir a Oswaldo Golijov, un compositor argentino, para la grabación de ese CD tuvo que ver también con una reivindicación musical de sus raíces argentinas?

En efecto, soy argentino y aunque llevo la mitad de mi vida viviendo en Europa y me siento ciudadano del mundo, tengo el gen argentino grabado a fuego. ¡Las raíces no perdonan! (risas). La elección de la obra de Golijov no tiene que ver con una reivindicación, sino con la emoción que me causó la primera vez que escuché su música.

¿Actualmente el EIG viene preparando algún nuevo material discográfico?

En este momento no estamos pensando en grabar. Sin ánimo de ofender a nadie, creo que las grabaciones son un capítulo en proceso de extinción. Necesarias exclusivamente por motivos de promoción. La tecnología ha permitido involuntariamente tergiversar el resultado artístico; ha interpuesto la técnica a la emoción. Si escucha grabaciones de los años ’50  entenderá lo que quiero decir. El público ya no busca la perfección, busca descubrir, emocionarse, comunicarse. La emoción esta en el concierto en vivo y en directo, en la energía, y en la comunión entre el músico y el público y viceversa.

¿Cómo hacen para intercalar los compromisos que tiene cada uno de los integrantes con los que tienen en conjunto como agrupación?

Hacemos todo lo que podemos, aunque debo confesarle que es sumamente complicado. De hecho desde hace un año tengo la fortuna de ser miembro de la London Symphony Orchestra, lo que implica una actividad frenética, grabaciones y giras. Y los demás integrantes tienen evidentemente sus propios compromisos, que le aseguro que no es poco.

En su próxima visita a nuestro país, el EIG dedica su programa a Monteverdi, Mendelssohn y Mozart. ¿Cuáles fueron los motivos que los llevaron a conformar este repertorio?

El hilo conductor de este programa es la mezcla de frescura y, cierto aire nostálgico. Monteverdi sorprenderá a muchos por ser unas páginas renacentistas de enorme belleza que funcionan a la perfección en la voz de los instrumentos de cuerda. El cuarteto de Mendelssohn es quizás el más hermoso y genial de su producción y qué decir del quinteto en sol menor de Mozart. Descubrirlo es una experiencia única. Sin duda uno de los pilares fundamentales de la música de cámara.

¿La presentación del EIG en Lima forma parte una gira por Sudamérica? ¿Qué expectativas tienen acerca del público limeño y su visita al Perú?

El concierto en Lima es el cierre de la gira, después de actuaciones en Argentina y Chile. Tenemos muchísima ilusión por conocer al público de Lima. Queremos que sea un concierto especial, que la gente lo guarde en su memoria porque eso querrá decir que nosotros lo llevaremos siempre en la nuestra. (Por Albert Mori)